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  Los Carretes
 

CARRETES


Centrándonos exclusivamente en el mundo de Surfcasting encontraremos de forma habitual dos grandes grupos que abarcan la casi totalidad de los modelos existentes en el mercado. El mas numeroso constituido por los llamados de tambor fijo y cuya principal característica es que su eje permanece fijo en la perpendicular del cuerpo del carrete mientras es la bobina la encargada de recoger el sedal mediante un movimiento de rotación, es el mas usado y conocido en nuestras costas. No obstante, el segundo gran grupo formado por los llamados de tambor giratorio o multiplicadores, se van imponiendo de manera paulatina en nuestras playas como compañeros inseparables en muchos casos de las cañas de repartición. Son estos carretes mucho mas rápidos en el devanado del hilo al sufrir en la salida de nuestros plomos  un empuje lineal y casi sin roce alguno lo que nos asegura cotas de distancias mayores en lances de carácter técnico. Veamos sus características principales.

BOBINA FIJA

Las cualidades de estos carretes los han convertido en el preferido de muchos aficionados. La sencillez de su uso y lo fácil de su mantenimiento puede asegurarnos mucho tiempo de trabajo eficaz. No obstante hemos de huir de maquinarias excesivamente complejas que nos puede entorpecer la búsqueda de piezas de repuesto.  Es preferible optar por maquinas de reconocido prestigio o que al menos gocen de un servicio postventa fuera de duda, lamentablemente no es extraño encontrar en el almacén de cualquiera de nosotros extraordinarias maquinas que por falta de un repuesto han de quedar olvidadas.

ELECCION DE EQUIPO

 La elección mas acertada de un carrete de surfcasting de bobina fija pasa invariablemente por determinados factores. Fundamentalmente intentaremos localizar un modelo de buena integración en nuestras cañas y cuyo peso no sea excesivo, prestando una especial atención a los materiales de fabricación del mismo que serán de probada resistencia marina, evitando en la medida de lo posible grandes cantidades de materiales plásticos o de aleaciones de baquelita muy propensos a roturas en caso de golpe. Presentara este al menos un mínimo de tres rodamientos e ineludiblemente uno de ellos deberá estar integrado en el guía hilos del pick-up para facilitar un paso fluido del sedal sin producir deterioros en su uso prolongado. En la actualidad grandes fabricantes de reconocido prestigio proporcionan en su gama media-alta maquinas capaces de satisfacer al mas exigente de los pescadores a precios relativamente sensatos. El uso de artículos de fabricantes serios suele ser un canon de garantía, debiendo evitar aquellos cuya implantación es dudable en nuestro mercado y que, en casos de roturas de alguno de los componentes que integran la maquinaria, no presenten certeza de reposición en sus piezas. Un aspecto fundamental a tener en cuenta durante la adquisición de un buen carrete es la posibilidad de encontrar bobinas extras para el mismo sin grandes dificultades y a un precio razonable, ya que de forma habitual nos podemos ver obligados a cambiar en el transcurso de la jornada de pesca varias bobinas, previamente cargadas con diferentes grosores de línea, en función de la distancia a alcanzar, especies que abunden o estado de la mar. En definitiva un buen carrete debe proporcionarnos en un bajo peso una capacidad de recogida superior a los 80 centímetros por vuelta de manivela, poseer una resistencia comprobada a la corrosión salina, disponer de un freno fiable y presentar un diseño en sus bobinas que permitan la salida de nuestros hilos con un mínimo roce además de proporcionarnos una clara posibilidad de obtención de piezas para posteriores reparaciones.


MANTENIMIENTO

 

El mantenimiento básico de estos carretes es extremadamente sencillo. Basta liberarlos de restos de agua salada una vez finalizada la jornada mediante un lavado detenido con agua dulce y un jabón neutro secándolos  posteriormente con un paño suave, debiendo evitar el uso de productos que contengan alcoholes o disolventes. Este se complementara, dependiendo de su uso, con un despiece y engrase  general que proporcione la lubricación necesaria para un correcto  funcionamiento de sus engranajes.  A tal fin es muy recomendable antes de emprender esta tarea, localizar un croquis detallado de los componentes e ir realizando pequeñas anotaciones a modo de guía cuando retiremos las piezas prestado especial atención al sentido que presentan y que nos será de gran ayuda a la hora de comenzar de nuevo el montaje una vez finalizada la limpieza. Tendremos en cuenta que su engrase será liviano, debiendo usar aceites especiales para maquinarias delicadas y evitando el embotamiento producido por un exceso de grasa.




BOBINA GIRATORIA

Durante mucho tiempo desconocidos para gran parte de nosotros, los carretes de bobina giratoria o multiplicadores, nos abren posibilidades insospechadas para la practica de lances extremos con resultados inmejorables. De gran aceptación en el mercado anglosajón comienzan por fin a verse en las salidas de pesca de un importante número de aficionados.


 ELECCION DE EQUIPO

La implantación de estos carretes, cada vez mayor entre pescadores de alto y medio nivel, debido principalmente a a la posibilidad de efectuar lances con fricciones casi nulas, permite obtener distancias muy considerables mediante el uso apropiado de cañas de repartición y multiplicadores. Su potencia de tracción es realmente asombrosa al actuar de manera lineal sobre nuestros sedales, manteniendo un contacto casi directo con la presa.

De marcada similitud con carretes utilizados en el casting ligero, se diferencian claramente de estos por la carencia de anillas guía hilos, omitidas voluntariamente para evitar el mínimo roce en la salida de la línea. Maquinas muy técnicas y que suelen conjugar varios tipos de frenos que actúan sobre la bobina del tambor mediante acciones centrifugas y de rozamiento; necesitan de un entrenamiento continuo para su uso correcto. El fantasma de los nidos de pájaro o pelucas, que se producen al no frenar mediante el uso del dedo pulgar la rotación del tambor al alcanzar el plomo la superficie del agua, provoca en muchos aficionados un temor injustificado para su uso.  Actualmente existen modelos a precios muy razonables que, mediante un ajuste correcto de sus sistemas de frenado, permiten en muchos casos olvidarse de los tan temido enredos y nos permiten disfrutar de estas verdaderas herramientas de precisión con un mínimo entrenamiento.

 
MANTENIMIENTO

Mantendremos en su cuidado un esmerado lavado de la totalidad de los componentes mediante un enjuague abundante con agua dulce; teniendo en cuenta que la bobina y el hilo se encuentran integrados en el interior de la carcasa, prestaremos especial atención a la eliminación absoluta de cualquier deposito salino que pudiera contener. Su engrase completo ha de realizarse de manera periódica prestando gran cuidado a la densidad de los aceites utilizados, ya que un excesivo gramaje de los mismos actuarían como un frenado añadido a los propios frenos, así como un aceite muy fino podría generar el efecto contrario. Al igual que ocurre en el caso de los de bobina fija, es fundamental localizar un croquis de piezas que detalle especialmente la situación de los elementos de frenado, así como su correcta colocación.

 
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