Los científicos han revelado una nueva documentación en vídeo de lo que dicen se trata de otro contundente efecto del calentamiento cada vez mayor de los océanos del mundo.

El vídeo recopilado por el Centro de Ciencia de Alaska del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), junto con los datos reunidos de los radio-collares sujetos a algunos de los animales, podría ayudar a los científicos a obtener más información sobre los problemas que supone la pérdida de hielo marino para los animales cuyo hogar es el lejano ártico. Este año el hielo marino ha alcanzado un mínimo histórico.

Normalmente las morsas pasan los veranos lejos de la costa en el Mar de Chukchi, buscando alimento en la plataforma continental relativamente poco profunda y descansando sobre hielos flotantes. Sin embargo, dado que este año gran parte de este hielo ha desaparecido, las morsas se han visto obligadas a sumergirse inusualmente a aguas más profundas frente a la plataforma continental en busca de alimento o a elegir, como al parecer han hecho muchas, ir a tierra e intentar buscar alimento allí.

Este es el cuarto año que la estéril costa cerca de Point Lay, en Alaska, alberga la masiva congregación de morsas.

Un estudio de cuatro años conducido por la Universidad de Gothenburg muestra que más de 900 nuevas especies invasoras han sido descubiertas en el medio ambiente costero del mar Mediterráneo oriental en las últimas décadas, incluyendo el venenoso pez globo.

Foto: drpez.net

La invasión de especies invasoras tiene como consecuencia que toda la cadena alimentaria esté cambiando mientras se carece de conocimientos sobre las que basar las correspondientes evaluaciones de riesgo.

Cuando el Canal de Suez fue finalizado en 1869, se creó un corredor para la proliferación de especies invasoras en el Mar Mediterráneo, que ahora está sufriendo grandes transformaciones en las comunidades de plantas y animales. En los últimos años, informes periódicos de especies invasoras procedentes de varios medio ambientes costeros del mediterráneo oriental han hecho sonar la alarma sobre lo qué les ocurrirá a las especies y ecosistemas nativos.

"El Mediterráneo es el mar más invadido del mundo, pero nuestro entendimiento de cómo las especies invasoras afectan en los ecosistemas se ve dificultado por una falta de conocimiento básico de las comunidades de plantas y animales en la costa. Una vez una especie se establece en el Mediterráneo resulta casi imposible erradicarla," dice Stefan Kalogirou, del Departamento de Ecología Marina en la Universidad de Gothenburg.

Durante un periodo de cuatro años, Kalogirou, en cooperación con el Centro helénico para la Investigación Marina (HCMR), ha estudiado la estructura y función de las comunidades de peces en las praderas de hierba marina y suelos arenosos en dos medio ambientes costeros importantes en la isla de Rodas, al sudeste de Grecia. Ello ha proporcionado información importante en la biología invasora, es decir, de las posibles consecuencias ecológicas que suponen las especies invasoras en la cadena alimentaria, según un comunicado de prensa de la Universidad de Gothenburg.

"Los resultados muestran un claro impacto ecológico cuando las especies invasoras o bien se hacen dominantes, como el pez globo, o bien son piscívoros, como la barracuda y el pez corneta. Es evidente que la cadena alimentaria se está reestructurando, pero la falta de estudios previos limitan nuestras conclusiones."

El pez globo es una de las especies invasoras que recientemente han sido introducidas. La toxina del pez globo, la tetrodotoxina, causa parálisis muscular pudiendo llevar al paro respiratorio. En el peor de los casos el resultado puede ser fatal. En medio ambientes costeros que Kalogirou ha estudiado, el pez globo se ha convertido en una especie dominante, con efectos ecológicos y sociales. Fuente

El plástico hallado en el estómago de una sola tortuga

Esta colección de cientos de coloridos fragmentos dentados bien podrían ser una pieza de arte abstracto. Sin embargo los objetos en la fotografía son el contenido hallado en el estómago de una tortuga marina que perdió su batalla contra la contaminación por plásticos.

Los conservacionistas examinaron el estómago de la joven tortuga hallada frente a las costas de Argentina. La multitud de escombros que hallaron es sintomático de la creciente amenaza para las tortugas marinas derivado de una adicción humana al plástico.

Las tortugas marinas a menudo confunden los objetos plásticos por medusas u otros alimentos. La ingestión de contaminación oceánica no-biodegradable puede provocar una obstrucción digestiva y laceraciones internas. El resultado puede ser la debilitación seguida de la muerte.

Los humanos actualmente producen 260 millones de toneladas de plástico al año. Cuando estos productos son arrastrados hacia las corrientes marinas, los plásticos no se biodegradan pero son fragmentados en trozos más pequeños que acaban ingeridos por la vida marina en la base de la cadena alimentaria.  Un examen de la obstrucción gastrointestinal en una tortuga verde hallada frente a la costa de Florida descubrió que, durante el curso de un mes, las heces del animal habían contenido 74 objetos extraños, incluyendo "cuatro tipos de globos de latex, distintos tipos de plástico duro, un trozo de material parecido a la moqueta y dos bolas de alquitrán de entre 2 y 4 mm.

El mayor vertedero es el Vórtice del Pacífico Norte, conocido como el Gran Parche de Basura, del tamaño de Texas y con unos 3,5 millones de objetos plásticos que van desde juguetes hasta cepillos de dientes.

"Los océanos se han convertido en un cubo de basura gigante para toda clase de formas plásticas. Todas las especies de tortugas son particularmente propensas y pueden resultar gravemente afectadas," según informan los biólogos Colette Wabnitz de la Universidad de la Columbia Británica, y Wallace Nichols, de la Academia de Ciencias de California. En "Plastic Pollution: An Ocean Emergency", escriben: "Es probable que el estudio continuado sobre los impactos del plástico en el medio ambiente del océano y en la salud humana concluya que el problema es peor de lo que en realidad entendemos."

Prácticamente todas las especies marinas, desde el plankton hasta las ballenas, han ingerido plástico, sin embargo, incluso en pequeñas cantidades, el plástico puede matar tortugas marinas debido a una obstrucción del esófago o una perforación del intestino, dicen los biológos.

Cincuenta de las 92 tortugas marinas halladas muertas o embarrancadas en los litorales del estado de Río Grande del Sur, en Brasil, habían ingerido una 'considerable cantidad de escombros sintéticos."

Debido a que las tortugas marinas jóvenes se alimentan indiscriminadamente de material pelágico, 'son comunes casos elevados de plástico en el tracto digestivo de estas pequeñas tortugas," escriben los biológos.

Ambos piden a la gente que ayuden a reducir la amenaza de plásticos durante sus visitas a áreas costeras llevando consigo bolsas reutilizables y recipientes para alimentos así como evitar las bebidas en botellas de plástico.

Ingestión de plástico hallada entre los pequeños peces pelágicos

Investigadores del sur de California dicen que cerca del 35% de los peces que recogieron en el Océano Pacífico Noroeste en 2008 tenían plástico en sus estómagos. El estudio muestra el preocupante efecto que la basura flotante está teniendo en la vida marina.

 Cerca del 35% de los peces muestreados en una expedición en 2008 frente a la costa occidental tenían plástico en sus estómagos, según un estudio que la Fundación de Investigación Marina Algalita presentará el viernes en el Proyecto de Investigación de las Aguas Costeras del Sur de California.

Los peces habían ingerido dos trozos de plástico como media, sin embargo los científicos, que diseccionaron cientos de peces linterna, hallaron hasta 83 fragmentos de plástico en un solo pez.

El estudio suscita preocupación sobre la posibilidad de que la basura, que se abre camino a través de la cadena alimenticia, pueda ser ingerida por los humanos.

También subraya un problema que ha centrado la atención en los últimos años: los escombros marinos plásticos, la mayoría procedentes de plástico desechado, se han ido acumulando en enormes corrientes oceánicas de movimiento lento conocidas como remolinos.

Aunque botellas, envases y sedales se descomponen lentamente en pequeños fragmentos debido al efecto de las olas y la luz solar, los científicos desconocen si alguna vez llegan a disolverse completamente.

Los científicos ya han documentado los peligros que supone la basura flotante para tortugas, aves marinas y mamíferos marinos que la ingieren o quedan enredados en ella. Sin embargo los investigadores dicen que este estudio ha sido el primero en intentar cuantificar el efecto en los peces pequeños.

Algalita, una organización sin ánimo de lucro llamada como el catamarán de 50 pies de su fundador, lleva a cabo estudios científicos sobre la extensión global de los escombros marinos, abogando también por limitar la 'huella de plástico' de la sociedad en ríos y océanos.

Para el estudio, los investigadores inspeccionaron 1.000 millas de costa en busca de peces vivos entre las partículas de escombros flotantes en un área del océano conocida como el Remolino del Pacifico Norte. Diseccionaron y analizaron los peces en un laboratorio en Costa Mesa.

La gran mayoría de los peces hallados eran peces linterna de aguas abisales que suben a la superficie durante la noche para alimentarse de plancton. Dado que se trata de uno de los peces más comunes en el océano y una fuente de alimento para el atún y el mahi-mahi, el hallazgo de los fragmentos de plástico suscita preocupación sobre los efectos para la salud en la vida marina y posiblemente en el consumo humano.

'A medida que los trozos mas grandes de plástico se van descomponiendo simulan el tamaño, forma y textura del alimento natural," dice Charles Moore, fundador de Algalita y uno de los autores del estudio. "Lo que estamos viendo es que toda la red trófica se está contaminando por plástico."

El estudio ha sido publicado en la revista científica Marine Pollution Bulletin

 

Hasta 25 especies de tortuga en peligro de extinción

Un informe de la Wildlife Conservation Society (WCS) en colaboración con la Coalición de Conservación de Tortugas, ha enumerado la lista de las 25 especies de tortugas más amenazadas de todo el mundo, algunas de los cuales solo cuentan con menos de cinco ejemplares.

Diezmadas por la caza ilegal para la alimentación y el comercio de animales, junto con la pérdida de hábitat, muchas especies de tortugas se extinguirán en la próxima década a menos que se adopten medidas drásticas, según el informe. Diecisiete de las 25 especies se encuentran en Asia, tres son de América del Sur, tres de África, uno de Australia, y uno de Centroamérica y México.

La lista de los 25 incluye al "Solitario George" el único ejemplar de tortuga gigante de la isla Abdington. Aunque todavía hay desacuerdo científico en cuanto a si es una especie reconocida o una subespecie de tortuga de Galápagos, todos están de acuerdo en que George es el último de su especie. Otra especie al borde de desaparecer es la tortuga gigante de caparazón blando del Yangtsé, con sólo cuatro ejemplares conocidas.

Veterinarios de la Sociedad de Conservación de Vida Silvestre han estado trabajando con funcionarios chinos y otros asociados para cuidar a la última pareja conocida de esta especie, que reside actualmente en un zoo. La caza ilegal de tortugas en Asia por los alimentos, mascotas y medicamentos tradicionales es un problema particular, dice el informe.

"Las tortugas están siendo cazadas de forma insostenible en toda Asia", dijo el co-autor Brian D. Horne, de la Wildlife Conservation Society. "Cada especie de tortuga asiática está siendo afectada de alguna manera por el comercio internacional de tortugas y productos de tortuga. En un solo mercado en Dhaka, Bangladesh, vimos cerca de 100.000 tortugas para el consumo siendo masacradas durante una fiesta religiosa, y sabemos de por lo menos tres otros mercados, dentro de la ciudad", dijo.

El informe dice que una mejor aplicación de las leyes comerciales existentes, la protección del hábitat y la cría en cautividad son claves para evitar la extinción de las especies de tortugas.